domingo, 3 de enero de 2016

+146: Chicago o la tierra de los starbucks

          Esta entrada va a ser más larga de lo normal y cargada de fotos (por nuestro viaje a Chicago), así que empezamos.


               El domingo estábamos indecisos de si continuar con nuestros planes de viaje a Chicago, porque el tiempo anunciaba una tormenta de nieve; y es peligroso conducir en esas condiciones. Después de muchas dudas, el lunes nos levantamos sobre las nueve y media, acabamos de preparar las maletas y nos preparamos en el coche. El viaje fue más largo de lo normal, sobre cuatro horas y algo, frente a las tres que lleva si las carreteras están despejadas. Cj dijo que solo dos veces había conducido en ese tiempo, y que la anterior se había dicho a sí mismo que no volvería a hacerlo. Por el camino paramos en una estación de servicio, y calentando un poco el estómago en McDonald´s (es la primera vez que como algo de ese sitio en tierras americanas, lo cual es un récord y no creo que lo vuelva a probar en bastante tiempo).


           Por el camino vimos Annie y, como no, Los Minions (adivinad de quién fue la idea). Antes de llegar me enteré que ibamos a un Hilton (como divos que somos) y llegamos sobre las dos y media cuando nos dieron una cookie, las llaves de las habitaciones y deshicimos las maletas:



          Después de eso salimos a la calle en la ciudad del viento (The Windy City). La calle no solo estaba llena de nieve, sino que cada vez que cruzabas la calle la mezcla de agua y hielo descongelándose se hundía en tu pie. La conclusión es que cuando llegamos al centro comercial (Water Tower) nuestros pies estaban nadando en agua. Es por eso que tuvimos que cambiar de calcetines y de botas:
Cuando descubres lo mojados que están tus pies 

              Después fuimos a mirar tiendas, fuimos a Lego World y andamos por allí un rato:
Consejo de vida ("Wherever you go, go with all your heart")


Lego (como las dos siguientes)


La muñeca y la niña llevan puesto lo mismo,
lo que puede dar un poco de miedo

La tienda se llama "American Girl Place" y está lleno de muñecas

Número 1 fan española
   
           Después de eso fuimos a "Hershey chocolate world", una tienda lleno de todo lo que te puedas imaginar que tenga que ver con el chocolate:


Who needs a bae when you have chocolate?

             Llenamos un cubo de chocolate, encontramos un montón de cosas originales, hicimos nuestro propio carnet de trabajadoras chocolateras, hicimos "jumping jacks" y el trabajador le hizo una broma a Annette, en resumen pasamos un buen rato y lo mejor, rodeados de chocolate!

Nuestro carnet

Trabajando duro

Dandole duro a la rueda para que caiga el chocolate

Esta es la cara que se te queda cuando te enteras
de que está vacío

Erin en su belleza natural
            Después de otra caminata larga (pero sin pies nadando) llegamos al restaurante que estábamos buscando. Una larga cola y probamos la famosa pizza estilo Chicago (deep dish style pizza) y escribimos nuestros nombres en el lugar (tantos años esperando para que te dejen escribir en las paredes merece la pena):





           En el camino de vuelta al hotel encontramos muy cerca (solo cruzar la calle) un restaurante español que decidiríamos probar al día siguiente. El martes fue un día increíble. Nos levantamos y después de esperar un rato bajamos a tomar un desayuno abundante americano. Después de eso, cogimos un taxi (el primero de mi vida que yo recuerde) hasta el museo:

Nuria´s first taxi ride photo

             Llegamos al museo de ciencia y tecnología de Chicago. Allí cogimos tickets y vimos un documental/película interesante sobre las ballenas. Entonces, fuimos a mirar la exposición de árboles de Navidad, cada uno de un país distinto para representar las tradiciones navideñas allí (que no tenían España mecachis):

El árbol gigante de la entrada
           Después exploramos el resto del museo, hasta que llegamos a la parte de hazlo tú mismo, llena de experimentos y actividades divertidas:

Mamá, he llegado a la luna; pero ya sabes como son estos americanos
siempre con sus banderas


Cuando te tienes que ir a más de 6000 km de casa
para enterarte de que exportamos limones
Batalla mental (que Erin ganó). Literalmente,
a cabeza non para

Cuando te das cuenta de lo mucho que te funciona la cabeza
           Después de eso cogimos otro taxi y fuimos al restaurante español cerca del hotel. Estaba decorado muy español, igual que la música, y la comida estaba rica (unas croquetas por fin reales), pero supongo que nada como na "miña terra galega":

Cara de felicidad nivel comida española
           Cuando acabamos volvimos al hotel, nos cambiamos y fuimos andando hasta Millenium Park (que foi un cachiño) y allí visitamos la famosa "the Bean", uno de los símbolos de Chicago:

Goofy faces

Love this photo





            Después de eso esperamos la larga cola para alquilar patines (ice skating in Millenium Park), y los tres (Annette no se animó, hizo de fotógrafa) salimos a la pista. Ni Erin ni yo habíamos esquiado en hielo antes y Cj hacía mucho desde la última vez que lo había hecho. Las dos empezamos agarradas del más grande de todos:




              Después Nuria intentó trabajarlo por su camino, cerca y agarrándose normalmente a la barandilla por si las moscas, y Erin también con nuestra amiga al lado (la barandilla):


Parece que controla, pero no tanto
          Después de eso limpiaron el hielo, así que tuvimos que esperar fuera un ratito. Erin decidió que había dado sus dos vueltas del día; así que allí nos fuimos Cj y yo. Me caí una vez tan larga soy (que ser non é moito) y lo arrastré sin querer a él, pero como dicen por ahí, gajes del oficio:


             Al final del día tenía mucho frío, me dolía el culo de la caída; pero lo más importante es lo  orgullosa que estaba de mi misma, y de haberlo conseguido. 

            Cuando acabamos fuimos a por café, porque como el título de esta entrada sugiere, Chicago está lleno de Starbucks:

Mis mofletes aún más rositas JAJAJA
            Fuimos a cenar a un italiano, haciendo otra sesión de español con Erin (cada vez que hablamos en él nos reímos un montón, pero aprender aprende) y visitando algunas tiendas (una gigante de chucherías es un ejemplo) de vuelta al hotel; así se acabó uno de los mejores días desde que he llegado aquí. 

Cuando te quieres quedar ahí para siempre

Siempre muy útil para la cerveza


            El miércoles era nuestro último día allí, nos levantamos más tarde y fuimos a desayunar. Después volvimos a las habitaciones, preparamos las maletas recogimos todo y lo dejamos en el coche. Fuimos andando hasta el Hancock Building (vistas de la ciudad) y Erin y yo subimos hasta arriba:








                  En el camino entramos en la famosa tienda de Disney, que es alucinante:


Si todo el mundo siguiera la filosofía de Mickey
no habría guerras en el mundo
                   Después de eso dimos una caminata hasta la Willis Tower. Erin y yo subimos y nos sacamos más fotos (no es el edificio, pero con las antenas sí la estructura más alta del mundo) :

 





Es gracioso porque Erin parece pelirroja y su pelo
no es de ese color


            Después de eso tomamos un taxi hasta la "Cheesecake factory". Allí esperamos un buen rato:

Erin con lo que te daban para avisarte de que tu mesa está preparada
            Tomamos la comida/cena, haciendo sitio para uno de sus famosos postres. Y después de eso pedimos una de sus famosas cheesecakes (lo gracioso es que yo siendo la que menos espacio ocupa fuera la única que me acabara mi trozo jejeje):

Solo una página de los tipos de tarta de queso
que había

Las tres tartas para los cuatro 
            Después de salir de allí llenos y contentos volvimos al hotel a por el coche. En el camino vimos Grease, fuimos a recoger a Ollie (que había quedado con la abuela), llegamos a casa y deshicimos maletas:


             En resumen, un viaje inolvidable en una ciudad increíble, que añade otro estado a la lista. Me lo pasé de miedo y no podría haber pedido nada mejor para las vacaciones navideñas. Y ahora vamos con el resto de la semana.

             El jueves fuimos al gimnasio:



                 Después trajimos a Scarlett a casa (nuestra prima de 2 años) y jugamos con ella. A las seis (medianoche hora española) tomé las doce uvas con mis dos familias (fin de año sin uvas no es fin de año, que yo se las hice comprar). Después de eso fuimos a casa de nuestra tía (Erin y yo), jugamos a juegos de mesa un buen rato con Junior, y también vimos el especial de New Year´s Eve en la tele. Hicimos la cuenta atrás todo juntos y vimos como caía la bola en Nueva York (un fin de año distinto, sin duda):



De izquierda a derecha: yo, Erin y Junior

La alegría de la huerta

            El viernes desmontamos las decoraciones navideñas (aunque en España queden los reyes, aquí mañana volvemos a clase con horario completamente normal) e hice la entrada en el blog de Navidades. El sábado fuimos al gimnasio y por la noche a ver Alvin y las Ardillas al cine (yeah!). Hoy dormí y dormí (miraron varias veces que siguiera respirando), hice Skype con mis padres y acabé esta entrada.


 Un beso muy grande a todos, hasta la semana que viene (ya más normalita, dentro de lo que cabe JAJA)


            

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